El mundo está cambiando a un ritmo vertiginoso, la convergencia de un sin número de tecnologías, así como la generación de nuevos paradigmas en todos los ámbitos del desarrollo de nuestra sociedad plantean un panorama sin precedente cuyo impacto en la humanidad es bien difícil de predecir, ni siquiera los más expertos se atreven a pronosticar cómo será el mundo en unos pocos años. Desde la forma en que interactúan los individuos, la educación, el trabajo hasta temas de altísima complejidad como la economía o la política inevitablemente serán diferentes incluso en el corto plazo. Resulta interesante ver cómo a diario surgen una cantidad de aplicaciones de las nuevas tecnologías y cómo estas a su vez dan origen cada vez a más cambios en nuestra cotidianidad. Es como una bola de nieve cuyo tamaño y alcance es una incógnita que difícilmente se puede resolver.
La cuarta revolución industrial plantea enormes retos para todas las sociedades, más aún para las que como la nuestra, se encuentran en vías de desarrollo. No es un secreto que los países más avanzados ya tienen un terreno recorrido durante las últimas décadas con la consecuencia de haber desarrollado herramientas y mecanismos que apalancan la implementación de soluciones a problemas y retos otrora sin formas claras de solución. Vemos cómo la economía mundial gira en torno a las grandes empresas dominantes en el uso de estas tecnologías independientemente de la vertical de negocio a la que pertenecen. Industria del turismo sin hoteles, empresas de transporte sin vehículos, bancos sin sucursales físicas, universidades sin salones de clase, gigantescos centros comerciales sin una ubicación física son sólo los ejemplos más conocidos de este tipo de nuevos paradigmas en la forma de hacer negocios.
De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo, las iniciativas de desarrollo en América Latina han llegado tarde y la 4ª. Revolución industrial no es la excepción, aún la cobertura de banda ancha y el número de terminales de cómputo en la región es baja pero permanentemente estamos escuchando noticias sobre cómo estas brechas a nivel de conectividad son cada vez menores. No obstante, si preocupa la apropiación de las nuevas tecnologías. Una realidad con la que diariamente estamos combatiendo es la escasez de profesionales con los fundamentos requeridos en esas tecnologías que demarcan la ruta hacia la transformación digital, esta situación originada probablemente en que los jóvenes no ven en estas ciencias emergentes una oportunidad real de desarrollo profesional, otros ni siquiera alcanzan a tener las bases necesarias para construir a partir de su educación básica los fundamentos de una carrera profesional de cierta complejidad y finalmente están los casos más dramáticos y desalentadores en los que el acceso a educación de calidad es una utopía.
Desde mi punto de vista, este último es uno de los retos más importantes que afrontan nuestras sociedades en América Latina, más allá de incentivar los nuevos emprendimientos y de innumerables rondas de inversión en nuevas startups, nos veremos obligados a convivir con una deficiencia de profesionales que generarán unas condiciones de competencia bien difíciles para que nuestras empresas puedan llegar a ser competitivas. Los recursos son finitos y el talento humano mucho más, con el agravante de que todos soñamos con llegar a Silicon Valley.
Es necesaria una coordinación entre diferentes ejes de la sociedad que no es una tarea fácil. El sector productivo debe estar muy alineado con el académico y con el gobierno, de poco sirve que el gobierno ejecute presupuestos sin precedentes en fortalecer las capacidades internas de las empresas si no se ejecuta un esfuerzo igual o mayor en fortalecer las capacidades de los individuos quienes finalmente son quienes integran dichas empresas, el desbalance es notorio y es pertinente continuar fortaleciendo y apalancando el desarrollo académico de las personas incluso desde las etapas más tempranas a la vez que se potencializa el crecimiento de las startups.
Volvamos la vista hacia los centros de formación y démonos la oportunidad de formar ciudadanos íntegros con las capacidades para ser partícipes activos de la ya en marcha 4ª. Revolución industrial.
Por: Milton Ortegón
Director comercial Fit Ideas.